Voluntariado en Bolivia






El verano pasado, a través de la ONG MISOL, una de las participantes del grupo, junto a su familia, realizó un voluntariado en un pequeño pueblo de Bolivia llamado Padilla durante un mes.
Nos instalamos en un internado de chicas menores de dieciocho años, el cual lo llevaban a cabo tres hermanas franciscanas (monjas).








Durante el voluntariado realicé diferentes tareas con menores y familias. Por un lado, cada mañana acudía al colegio de primaria para ayudar al profesorado con los/as alumnos/as. Estuve dos semanas con niñas y niños en edades comprendidas entre 1-5 años, y otras dos semanas con niños/as de seis/siete años, haciendo manualidades y juegos, practicando números y vocales... Además, mi hermana y yo propusimos dar clases de repaso puesto que los/as niños/as tenían un nivel muy bajo de estudios, por lo que dedicábamos dos horas al día a dar clases de repaso de matemáticas y gramática a los/as estudiantes del colegio en el que acudíamos. Estas clases se hacían en el internado de monjas, el cual también era un comedor para todos aquellos menores del pueblo que se podían permitir pagarlo. Por otro lado, aparte de hacer visitas a domicilio y estar con las internas, ayudamos a satisfacer algunas necesidades sociales básicas de una familia formada por tres niñas/os de 6, 7 y 9 años, la abuela (ciega y mayor) y el tío de los menores (discapacitado) que viven en muy malas condiciones y no cuentan con alguna persona adulta que se responsabilice de ellos.



Cabe decir que, me llamó mucho la atención y no estoy de acuerdo leyendo un libro de educación primaria, es que afirmaba que las personas gays son personas que están enfermas por el hecho de gustarles una persona de su mismo sexo. Por tanto, si esta información falsa es estudiada por los/as estudiantes/as desde sus primeras etapas del ciclo vital de manera obligada, en un futuro es más posible que, desgraciadamente tengan el concepto definido así como se lo han inculcado desde niño/a. En mi opinión, estoy en contra de que se inculquen pensamientos discriminatorios dirigidas a las personas gays o transexuales, ni estoy de acuerdo con que les digan a los/as niños/as de bien pequeños que los hombres son superiores a las mujeres, y que estas deben encargarse de las tareas domesticas, de los/as hijos/as y de satisfacer a su marido.

Respecto la gente latinoamericana, son generosos, agradecidos, sociables y amables, son felices con nada y lo poco que tienen lo ofrecen a los demás, lo cual te hace abrir los ojos y ver todo lo que tienes. Sin duda es una experiencia muy gratificante, es muy bonito ayudar a personas necesitadas y recibir su amor e interés por compartir momentos juntos/as, ver como se les iluminan las caras cuando te ven y corren hacia a ti para jugar o hablar. Además, te hace reflexionar sobre las grandes diferencias que pueden existir entre diferentes continentes del mundo, la cultura, la ideología, las creencias, los valores y los pensamientos, que cada país tiene. Cuando estaba en Bolivia aveces sentía estar cincuenta años atrás respecto a las tecnologías (autobuses, lavadoras, televisores, etc.) y algunas de las costumbres y pensamientos de ahí. 


Deberíamos sensibilizar a la sociedad de las situación difíciles que están viviendo otros países, como por ejemplo en latinoamerica donde hay mucha pobreza y desigualdad social, y motivar a las personas a participar con solidaridad para ayudar a los demás de manera voluntaria.


Yo creía que iba a cambiar el mundo, pero el mundo fue el que me cambió






Autoras: Aina Cervera, Natalia Losada y Cristina Murcia

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