EL PRINCIPITO

El Principito es una de las obras más importantes de la literatura europea del siglo XX, publicada en 1943 por Antonie de Saint-Excupery. Al tratarse de una fábula tiene gran cantidad de connotaciones diferentes para cada uno de sus lectores, en función de la época en la que es leída, se pueden sacar diferentes conclusiones sobre ella, por ello el mensaje transmitido cambia según la época generacional en la que es leída, es de aquellos libros que se pueden leer tanto de niño, como de joven, como de adulto e incluso en la vejez. Pese a que hace 75 años de su publicación, ha sobrevivido al paso del tiempo y leído y reflexionado por millones de personas de todo el mundo.

Desde principio a fin, de portada a contraportada, parece un libro escrito sólo para niños, pero en el momento en el que es bien leído, prestando atención a sus párrafos y reflexionando sobre las pequeñas cosas nos damos cuenta de aquello que no vemos y que también es lo más importante y esencial para nuestra vida. El autor representa a lo largo de toda la obra, a niños soñadores, con ganas de conocer el mundo que les rodea, y al hacerlo sienten una gran decepción por los adultos y su comportamiento egoísta y posesivo. A veces es necesario ver la vida con los ojos de un niño para darnos cuenta de nuestra propia hipocresía.

 "Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya". 

Una de las frases que tal vez me haya llamado más la atención del libro es la de “No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo”, ya que con el paso del tiempo conocemos a gran cantidad de personas, ya sean compañeros/as de clase o trabajo, ya sean amigos o familiares o meros conocidos, pero sólo con aquellas que hemos mantenido un vínculo de amistad más fuerte son con las que seguimos en contacto día a día, incluso a la distancia o a lo largo del tiempo, siempre estarán ahí, porque tal y como dice una de otras tantas frases de la obra, “si me domesticas, entonces tendremos la necesidad el uno del otro. Para mí, tú serás único en el mundo. Para ti, yo seré único en el mundo”. Con la metáfora de la domesticación, se refiere al vínculo creado con una persona mediante esfuerzo, cariño y constancia, siendo estos tres pilares básicos para la creación de un vínculo fuerte de amistad. Puesto que existen miles de millones de personas en el mundo y siempre nuestro círculo de confianza acaban siendo 4-5 personas como máximo, porque solo con este pequeño grupo de personas hemos dedicado mucho tiempo, ya que acaba siendo, al fin y al cabo, el tiempo que se suele dedicar a las personas el referente de la calidad de una amistad.

"Las personas mayores nunca son capaces de conocer las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones"

Por otro lado, se puede observar a lo largo de toda la obra una confrontación constante entre la experiencia y conocimiento de la edad adulta con la ilusión e inocencia de la niñez, ya sea mediante los personajes, por un lado el personaje de los adultos como seres aburridos y siempre ocupados con sus cosas de adultos, y por otro lado, el personaje del Principito, el cual como la mayoría de niños es un ser soñador, con ganas de aprender y conocer los diferentes mundos que le rodean. Con ello, desde mi perspectiva, quiere matizar el cambio que se llega a producir a lo largo de toda la vida en las personas, cuando se es niño se es inocente, soñador y creativo, pero a medida que se va creciendo todas estas aptitudes se van perdiendo por el camino llegando en un momento, a ser otro adulto más, aburrido y con necesidad de tener cifras delante de sus ojos para poder comprender y entender una situación en su totalidad. Y lo que el autor hace hincapié es en la idea de que se puede ser adulto y soñador al mismo tiempo, que realmente lo importante de la vida es aquello que desde pequeños nos ha impresionado y divertido, tal y como nuevos amigos, la inmensidad del cielo en la noche o el simple hecho de una buena conversación con una persona que nos entiende.

"El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante". 

Para concluir, he de decir que me ha hecho reflexionar sobre muchos aspectos de la vida, pero el que más me ha impresionado, e incluso dolido, ha sido el de darme cuenta de que ya no soy la misma niña capaz de cumplir cada uno de mis sueños, sino que, por desgracia, he puesto los pies en el suelo y he dejado de soñar y de volar, ya que a medida que he ido creciendo me he dejado llevar por el rumbo de mi vida y he olvidado la verdadera esencia de la misma.

"Lo que embellece al desierto es que esconde un pozo en cualquier parte". 

El Principito me ha aportado una gran lección de vida, “Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos”, y es que lo real es aquello que sentimos con el corazón, aquello que realmente nos hace sentirnos vivos, y justamente en esto deberíamos centrarnos y darle más importancia que al resto de cosas materiales, ya que cuando nos aprendemos a juzgar a nosotros mismos, es cuando tomamos mejores decisiones y empezamos a crecer como la persona que queremos ser en un futuro. “Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio”.

"Todas las personas mayores fueron primero niños. (Pero pocas lo recuerdan)".

Realizado por: Natalia Losada Sosnovsky, Aina Cervera Moyà y Cristina Murcia Cortina. 

Bibliografía: Saint-Exupèry, A, (1943), El Principito, París, Francia. Reynal & Hitchcock. https://aulavirtual.uv.es/pluginfile.php/1980912/mod_resource/content/1/EL%20PRINCIPITO.pdf