Profesionales de la animación sociocultural


Para llegar a ser un profesional de la animación sociocultural es preciso desarrollar habilidades sociales y personales que permitan mejorar la comunicación y la relación con otros hombres y mujeres, pero también el autoconocimiento y la autoestima, como refiere Carles Monclús (2013) en su artículo.
Éste considera que el teatro y, en concreto el enfoque de Augusto Boal (2004), puede ser una herramienta poderosa para desarrollar estos aspectos. Refuerza que, la práctica del Teatro del Oprimido mejora la madurez afectiva, la autoaceptación y la autoestima, la confianza en una misma, la imaginación, la creatividad y la capacidad de comunicación. Podemos decir que lo hemos experimentado durante las clases desarrolladas con ejercicios como la relajación, la expresión y comunicación de sentimientos o situaciones mediante el cuerpo mediante el teatro imagen (representando problemáticas que nos afectan como alumnado universitario), el teatro periodístico (tratando problemas de actualidad) y el teatro foro ( planteando soluciones a problemas planteados) ; por tanto, afirmamos como positiva su aplicación para los fines mencionados anteriormente en cuanto a la mejora de capacidades personales .

MONCLÚS reconoce que la titulación de Técnico Superior en Animación Sociocultural no es suficiente para desarrollar estas habilidades profesionales y personales, es por ello que muchos de los profesionales de la animación consideran como necesaria la realización de actividades cooperativas en equipo como la elaboración de proyectos, esta forma de trabajo favorece y mejora el contacto entre los componentes. Del mismo modo que utilizar una metodología activa y de participación que combine el trabajo individual con el grupal, pues de este modo se facilitará el desarrollo de estas capacidades personales tan necesarias para ser una buena profesional, en nuestro caso.

Cabe destacar la afinidad que tenemos con este pensamiento pues nos gustaría destacar que  las tres componentes de este grupo hemos realizado voluntariados tanto en el entorno académico ( a nivel de universidad) como fuera de él, junto a asociaciones u otras organizaciones a nivel nacional e internacional. Hemos realizado voluntariados en América Latina (Bolivia) y España pues consideramos que la participación activa es un principio fundamental como futuras trabajadoras sociales y como nuevas conocedoras de la animación sociocultural. Además, una de nuestras componentes está colaborando este año en una representación teatral del centro de menores La Colonia San Vicente Ferrer de Valencia donde se ha utilizado el teatro del oprimido por su potencial formativo y educativo.
Además hemos participado en grupos de discusión sobre temas políticos actuales y hemos realizado investigaciones sobre temas sociales debiendo realizar búsquedas bibliográficas, lecturas y comentarios de libros, a demanda de las asignaturas cursadas en nuestro Grado de Trabajo Social.
En cuanto a esta técnica, BOAL (2004)  plantea un teatro popular accesible a todos y todas, sean o no profesionales. Y desarrolla el Teatro del Oprimido como una formulación teórica y un método estético que ayude a las personas a comprender y a buscar alternativas a los problemas sociales e interpersonales. Para ello plantea una serie de juegos, ejercicios y técnicas teatrales que ayuden a lo que él llama la desmecanización física e intelectual de quienes lo practican y a la experimentación de nuevas respuestas desde la creatividad.
El teatro, los juegos y ejercicios dramáticos suponen un trabajo en paralelo tanto a nivel unipersonal como grupal. Por tanto, es muy importante considerar principalmente al grupo por encima del yo. El teatro del mismo modo, implica conocerse más a uno o a una misma, es decir, tener un mayor control sobre el propio cuerpo y mente. Ser consciente de las propias reacciones, mejorar la capacidad de control sobre ellas y también darse el lujo de experimentar otras muchas emociones que puedan darse en la práctica

En definitiva, a través de los juegos no solo mejoramos nuestra comunicación sino que también trabajamos la empatía, la capacidad para ponerse en el lugar del otro y la creatividad, base de la animación. Como define MONCLÚS (2013) “La creatividad nos permite adaptación a los nuevos retos y situaciones. Y la creatividad no es sólo una capacidad es también una actitud, una manera de enfrentarse a la realidad”. 
Por ello y con la experiencia de una de nuestras compañeras, podemos confirmar que principalmente la actitud participativa es imprescindible para que esta técnica de animación salga adelante y se pueda llevar a cabo para conseguir finalmente el objetivo deseado en el entorno implementado.


A modo de conclusión reafirmamos que el Teatro del Oprimido y los juegos y ejercicios planteados por Augusto Boal ofrecen muchas posibilidades para el desarrollo de la autoestima, el autoconocimiento, la empatía y la creatividad, convirtiéndose en una herramienta muy útil para los profesionales de la animación para intervenir en diferentes colectivos favoreciendo su empoderamiento.

"El teatro nace cuando el ser humano descubre que puede observarse a sí mismo y, a partir de este descubrimiento, empieza a inventar otras maneras de obrar" - BOAL 2004



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